No hay nadie
solo un espacio vacío,
una atmósfera de olvido
que atesora
tantos despidos
una luz lóbrega
carmesí o escarlata
y un sonido hueco
que retumba
como un eco
no hay nada
y tengo miedo
de tropezar con cosas
que no existen
una cama vacía
que ya no está
un armario volátil
que se ha ido
o un placard de espuma
que hace tiempo huyó
de la pared vacía
todo es desolación
y nudo y ombligo
desazón del tiempo perdido
sin más, todo se ha ido
hay un hueco en el corazón
de una habitación de hastío
y yo aquí, muerto y testigo
y hay un espejo, otro más,
que cuelga de la pared vacía
por todo motivo,
en su reflejo, está toda la
vida
vacía como en el cuarto vacío
quiero mirarme en él
y así descubrir una verdad tan cruel:
yo soy el espejo que mira
y en su reflejo negro
se encandila toda la vida.
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