Solar beduino
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Mimbre de viento
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Caracola auscultada
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Imploras a la luna y al sol por
compañía
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Creces entre las manos callosas
del obrero
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Llevas en tu hálito los secretos
del viento
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Es un refugio tu refugio adusto y
sincero
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Das al hombre su prestigio y
mejor morada |
Tu signo es el signo inconfundible
de los tiempos
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Guardas al fin el secreto de los
hombres entre llamas centellantes de su hogar
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Son las trenzas simples que tejen la
razón y el sentido de lo más definitivo
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Es escritura audible en un cajón
de tierra y hueso que persevera en el aire
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Allí el hombre muere quietamente y
vuelve a la vida sin que nadie lo espere
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Sobre esa armazón al fin ha de correr
sinuosamente una gota de lágrima pálida de recuerdos
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No tiene idioma ni signo alguno ni
forma ni continente y al fin fluye tan sencillamente
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La tierra nos alberga en su solar
beduino
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La tierra nos entrelaza en su
madeja clara
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La tierra nos terminará contando el secreto de
la muerte
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