La pucha digo
si pudiera ver
en el tintero
la sombra del
árbol azul
que una mañana
se quedó
con tu sonrisa
en la ventana
Y si después
pudiera
levantar la pluma
chorreada
de ilusión
y salpicar
leves tornasoles
manchas diminutas
de brío y desazón
La pucha digo
y aventurar
feliz y decidido
contra el pliego
áureo y cobrizo
que apenas
mal extendido
yace de amor
galvanizado y macizo
Es que no hay
consuelo alguno
No lo hay
y miente la esperanza
con tenacidad
sin disimulo
al mostrar
detrás del horizonte
un aire de medranza
La pucha digo
ni lo vimos entrar
al viento comedido
pero cuando rugió
sobre el tapete
ya fue tarde para
la tardía reacción
del amanuense al que
inexcusable se somete
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