sábado, 10 de enero de 2015

[PONCHO DE LOS CUATRO COLORES]



Llevas puesto el cielo

También llevas la sangre

Y llevas el color de la estepa

Y por último está la noche







como una soga al cuello

como manchas de humedad

amainado  a tu sentido cuello

¡Llevas la noche en el cuello!







de ángeles que auguran tempestades

sobre el laborioso tejido impregnado

cual si una caricia longeva de la pradera

atiborrado de perpetuos abandonos







Indicecito amigo

Indiecito amigo

Indicecito amigo

Indiecito amigo







tu día en pleno ya se ha ido

tu sangre plena ya se ha ido

tu púrpura selva ya se ha ido

tu larga noche no se ha ido







que toquen las trompetas

por el río rojo y profundo de la pena

partió hacia otros vientos lejanos

que enciendan los calderos







de tu alto cielo mutilado al cuello

hacia el ancho y profundo mar lejano

demasiado ahora remotos y distante

y que conjuren a las voces ausentes







que no terminan las noches oscuras

de cuantas  ausencias y zozobras
obedecieras  

de aquella tierra extensa y prometida

porque no ha de terminar jamás la noche







por proseguir con el degüello

y donde el recuerdo frágil de tu hermano

Y llenas entonces el vaso de aguardiente

ni con tu adecuado grito estridente







Llevas puesto el cielo

abrazado y rojo como a tu cuello

escondido por debajo del tejido

porque el negro es epitafio







y son las estrellas tu cementerio

resplandece en el mismo cementerio

para riego en tu propio cementerio

en tu 
callado cementerio

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