[IMPERTINENCIA DE LOS PÁJAROS]

Hay un niño mendigo junto a la enorme fronda del diáfano día			Hay un libro mendigo justo en la inmensa sombra del diáfano día			Hay un día y  hay una sombra y hay una fronda en el diáfano día
Ha escrito pequeñas letras de miga de pan sobre la tierra por hoja			Han anidado nimios ácaros fisgones sobre el signo fundido			También hay en el día un cordial funcionario que decreta la noche
Y es la razón por la que concurren pájaros leído en alegres trinos			razón por la cual emergió la humedad en manchas de sal y vinagre			razón por la cual nadie se ve en lo oscuro ya que los cuerpos son sombras
Y levantan raudo vuelo llevando las letras por todo sonido			En el límite  del día el  texto busca  aquellos ojos dormidos			Se agitan con  pesadumbre los días hoscos y las noches sin sol
Por aquí y acullá        cantan en pertinentes órbitas peregrinas			para confesar pacientemente historias guardadas que aún no culminan			solo los hombres que ven en lo   negro son osadamente felices
se llena el día de coplas mientras el niño pobre cierra los ojos		Es cuando irrumpen en vuelo raudo aves sonoras que cuentan historias				es que no hay niños esclavos ni libros mendigos que ver en la noche
para quien es mendigo las migas de pan son sólo panes de migas			traen letras amargas de niños mendigos en   la fronda de un día			Hasta que impertinentes pájaros irrumpen con mil letras sonoras
Los pájaros raudos son tan sólo cuerpos que levantan raudo vuelo			Acompañan los pájaros la aflicción del libro sin niños dormidos			cuentan y cantan sobre los niños mendigos y los libros esclavos
y tan solo son las letras que son como un sueño soñado por otros			fecundos libros solos y repletos de letras sin letras de miga de pan			y es cuando corresponde enjaular la esperanza con barrotes de olvido
Cierra los ojos el niño y        hay en sus párpados el sueño de un libro			Cierra sus hojas el libro y hay en sus páginas el sueño de un niño			Ríe eficaz el cordial funcionario   hay en su jaula un pájaro muerto