Desde hace mucho
busco
una palabra que
evoque
a todas las palabras
que con solo decirla
ella remita
invariablemente
a todas y a cada una
de manera
irremediable
Para lo cual hace ya
tiempo
deambulo insistente
por cada lugar donde
alguien hable
por cada hoja donde
alguien algo haya
escrito-
aunque tan solo sea
un mínimo término
Pero hasta el
presente
dicha búsqueda ha
sido
infructuosa. Sin
embargo
ciertamente no me
quejo
porque han sucedido
en el camino
acontecimientos
imborrables para la
memoria-
eventos que han
inspirado
ha tanta nueva imagen
que por sí mismo ya
se justifica
el tiempo
transcurrido
(¿o es acaso perdido?)
Más esa palabra que
busco
todavía permanece
inasequible
incluso a veces hasta
parece
que juega a las
escondidas
como que se deja ver
por mitades o por
tragos
escondiendo en las
sombras
su verdad imposible
e inenarrable
Como si el lenguaje
fuera mudo en
realidad
de toda palabra
¡y cuánta ironía!
como si el agua
quemara al agua
para no mojarse de
agua
o como si la sombra
de un árbol
quedara sin árbol
y se continúe en su
sombra
Imposible pensar
en tanto desatino
Sin embargo lo pienso
y el mundo se
desdibuja
en sus frágiles
formas
y se transforma en
cada
palabra que busco
¿es el mundo el árbol
o su propia sombra?
¿o simplemente soy yo
que lo dibujo en
poesía
en verso o en
estrofa?
Una tarde de lluvia Belén
tardía
me lo ha dicho
tajantemente
en su inusitada
despedida:
- “Marcelo, uno siempre
termina siendo lo
que hace”
Busco una palabra
que evoque
a todas las palabras
no he hecho otra cosa
en toda mi mundana vida
¿qué debo ser entonces?
Digo
¿si en esa búsqueda
he de encontrar
casi todas las palabras
en una sola eterna
vida
algo así como un sol
muerto y antiguo
que mira sin mirar
alumbra sin ser
lumbre
o solamente señala
lo que jamás nunca
verá?
Esa misma tarde de
lluvia Belén tardía
me lo dijo
tajantemente
en mi mojada y definitiva
despedida:
-“poeta, poeta jamás serás!”
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