sábado, 26 de diciembre de 2015

[DIEZ RAZONES PARA NO MORIR]

Uno. Es que respiro, y la larga historia
de lo vivo me inunda de certezas,
tanto que el desconsuelo, me consuela.

Dos. Pasa que los colores estallan
todavía ante mi tenaz retina,
que los alumbra en cada parpadeo.

Tres. Y sucede además que el sonido
no deja que el silencio se apodere
de la canción que se oye en cada día.

Cuatro. Porque he de recordar el vuelo
de un ave por la vera del camino,
y temo tanto extrañar su abandono!

Cinco. Y no tendré ni uno de los gustos
que da la tierra, tan solo lo rancio
y lo metálico, sin un recuerdo.

Seis. No habrá ni pasión ni poesía
y he de escribir sin ninguna utopía
un trazo negro sobre una hoja negra.

Siete. Es que seré ciertamente cierto,
sin un interrogante ni pregunta,
lleno de nada, ocioso de querencia.

Ocho. Hasta imposible será llamarte
por tu nombre cuando el signo se olvide
de las formas y sin más me abandone.

Nueve. Es que hasta lo rugosos y liso
dejará de ser un sencillo halago
para ser un hoyo, casi un soplido.

Diez. Y  hasta incluso he de extrañar al tiempo
que me arrebata hasta lo que he perdido,
este amor y mis pasos de regreso.

Y así es que elijo seguir mi camino
aunque de pronto se borren las huellas
y todo parezca un gran desatino
.


No hay comentarios:

Publicar un comentario