sábado, 30 de enero de 2016

[CONVERSACIONES CON PABLO]

(psychikoi)
( sarkinos)
(pneumatikos)
El hombre, llamado por 
la voluntad 
de Dios a ser de entre 
todas las especies
un Ser dominado 
por su alma que es incrédula
La carne, llamada
por la voluntad
de Dios a ser de entre todas las cosas poseída
por el Espíritu Santo
El hombre, consumidor 
de Dios 
digiere
ávido la palabra
y la vuelve alimento sólido como 
el aire, el 
agua o el 
fuego
abre sus ojos cada mañana y contempla la cruz de madera que se yergue inaudita por detrás del sol que incendia todas las cosas
abre sus ojos de niño frente a la cruz de madera que se yergue por detrás del sol que incendia todas las cosas
y por cada mañana contempla a 
su cruz que revela la propia senda iluminada por el sol que incendia todas las cosas
no hay ahí
un Dios crucificado sino el obstáculo perpendicular del deseo que añora la pasión y el desenfreno de la noche
hay un
buen Dios crucificado mundano y terrenal como una plaga.
Juega el niño y bebe la leche de la tierra
hay un
buen Dios crucificado y el hombre eleva hacia el firmamento una plegaria para conjurar la razón de todas las 
cosas
¿Lo ves Pablo?
¿Lo ves Pablo?
¿Lo ves 
Pablo?
Saca tu 
pluma y escríbeles acerca de los hombres que se han quedado sin ojos de tanto mirar al mundo
Aliméntalo con suficiencia  para que crezca y puedan sus ojos dejar de ver como un niño que nunca  mira
Saca tu
pluma y alimenta 
las semillas correctas
y maduras con abono fértil para el 
jardín del 
Edén
¡Escríbeme prontamente porque
son mis tristes ojos
ausentes
los que leen!
¡Sacia mi prolongada sed con leche que mi ceguera va sedienta de lágrimas!
¡Escríbeme largamente viejo apóstol porque: ¿no soy yo acaso 
todos los hombres?!


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