Hoy sentí la mano de
Lorca
acariciando mi mejilla
y era una mano tan
suave
como de aceitunas y
jazmines.
Y sentí un beso
profundo
con azahares y alelíes
¡Federico
García, ¿por quién me tomas?!
alcancé yo a decir
y él me abrazó muy
fuerte
susurrándome al oído:
Gira, corazón;
gira, corazón.
Y yo no supe qué hacer
porque de girar yo giro
más no entiendo el para
qué,
si el viento es el que
gira
para qué he de girar yo
después
¡Vamos
Federico García! Sé
más
específico al menos, continué,
que
yo soy hombre casado
y
hay ríos a los que no iré.
Lorca me tomó de la
mano
y con suavidad de
aceitunas
y de jazmines, me
acarició,
me acarició, me
acarició…
Gira, corazón;
gira, corazón.
Y después de varios
versos y rimas
mi corazón se puso a
girar,
es que es imposible
no hacer con Lorca
el amor a orillas del
Guadalquivir.
1 comentario:
..., tão lindo e envolvente este poema. ..., faz a gente girar e girar e voar...
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