Estando un mandarín de poco mando en la prefectura de Yangxian llamado Wu a la orilla de un arroyo, vio flotando en él unas cuantas piedras fu de muchos colores. Las cogió. Las dejó en la cabecera de la cama y, por la noche, se habían transformado en una mujer.
Liu Jingshu, dinastía Nan Chao (420-589)
No hay comentarios:
Publicar un comentario