Lo siguiente ocurrió en la prefectura de Wu. Yendo un hombre llamado Gu Zhan de caza cierto día, y habiéndose entrado ya por cierto cerro, oyó una voz humana que se quejaba: "Ay, ay, ay, qué viejo está uno ya". Gu Zhan, con todos sus sirvientes detrás, fue en busca de aquel hombre, y llegó a la sima del cerro, y en la sima del cerro vio un socavón que antiguamente fuera entrada a alguna tumba, y en ella había sentado un zorro viejo: ante él tenía un libro no muy grueso que revisaba con su pata, y hacía cálculos. Al punto azuzó a sus mastines, que lo mataron a dentelladas. Gu Zhan tomó aquel delgado libro y lo examinó: era una lista de nombres de mujeres, algunas ya violadas y algunas aún no. Los de mujeres violadas tenían señales en rojo al lado. En total habían más de cien, y uno de ellos era el nombre de su hija.
Tao Yuanming (365-427)
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