Fue una noche sin luna
o un día sin viento da lo mismo
Tomó el sumerio su lanza
y trazó un dibujo sobre la arena
y entonces vio que era bueno
y del dibujo sobre la tierra
voló un pájaro azul
y vio el sumerio que el pájaro fue cielo
y entendió que eso era bueno
Y con más ahínco todavía
volvió a dibujar muy cerca del anterior dibujo
y de la nueva imagen brotó un sonido
muy nítido que del pico del pájaro azul
salía
y fue un gorjeo inesperado y bueno
que lo satisfizo en demasía
Ya había sonido y ya había cielo
y un tercer dibujo sobre la arena
trazó la lanza del sumerio y fue un círculo
inmenso que creció de repente hasta
posarse
muy alto en el alto cielo y fue día
Un día de cielo y sonidos nítidos
halagüeños y fue tanta la dicha del
sumerio
que volvió a dibujar sobre la arena
cada una de las cosas que componen la vida
y cada una de las cosas que componen la
vida
fueron a ubicarse en sus nuevos lugares
todo se había dibujado sobre la arena
y el sumerio entendió que eso era bueno
Pero pasó que de lo profundo del
abismo
brotó un viento inusual y repentino
que raspó incesante la faz de la tierra
y la arenilla liviana se desparramó por
doquier
fue entonces que cada uno de los dibujos
que componen la vida se malograron
de viento y confusión y desconcierto
Lloró el sumerio toda la noche sobre la
arena
sin embargo muy temprano al otro día
tomó el sumerio su lanza
y volvió a trazar un dibujo sobre la arena...
Poema publicado en ESCRIBIR POR SI ACASO (Ed. Chiado, 2015) pág. 41
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