Inhalas
el recuerdo atroz de la vigilia atragantada en tu propia retina
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Exhalas
el vapor de tus deseos aprisionado justo por detrás de tus costillas
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Es un
vaho uniforme que te penetró a la luz del día
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Es
una efigie incorpórea que creció lentamente en ti
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Halito
prodigioso que alcanforado logra disuadir a tus sentidos
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Sombra que choca
contra el párpado cerrado y muta con
persistencia terca
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Hay
de entre la vida un ruido demasiado conocido que te atesora
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De
regreso la imagen se ha convertido en otra cosa ¡tan distinta de sí misma!
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Es el
sonido del amor que huye y se esconde justo por detrás de la misma mañana
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Es la
figura del olvido que hacia el fondo del barranco se hunde en la misma madrugada
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Ya no
escucharás más nada/ yaces dormido
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Ya no
imaginarás nada más/ seguirás dormido
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