Hay
un ángel negro en mi retina
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Y un
fluido azabache se derrama
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Es
quebranto largo que
me habita |
cicatriz
de
jaspe
es su
vestigio
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Es
ángel mudo que ya no grita
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contra
el rostro terco que reclama
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ni
siembra sombras en la tiniebla
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por
el fuego antiguo de su llama
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Ángel
iracundo que jamás duerme
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Cae
perspicaz
y
sometido
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Hay
un ángel negro en mi retina
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por
el cuerpo abierto del abismo
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que
ladino mira entre las sombras
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rayo
incandescente prometido
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el
venir
sutil
de mi agonía
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por
la luz extinta de sus ojos
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Es
ángel paciente
que me escribe |
Es
liquido azabache
su
fluido
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el
texto pueril de mi memoria
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manantial
de noches perseguidas
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donde
ya no estoy más que hace tiempo
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que
manan
del dolor ya diluido
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ni
existo siquiera en mi recuerdo
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de
rosas
añiles renegridas |
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Ángel
negro
de evocaciones blancas
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Hay
un
ángel
negro
en mi retina
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cual
copo de nieve en la mañana
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Que
fluye
de pena y travesía |
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Hay
un ángel negro en mi retina
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Corre
lo manado hasta mis dedos
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que guarda
mi esperanza ¡tan pagana!
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que mutan
llantos en poesía
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(A Magui E)
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