He
visitado tu casa donde el ave negra te poseyó fatalmente
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Razonas
la noche inventada de muertes y pistas fatales
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Lo vi
alzar vuelo y convertir sus alas en licores furtivos
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Te
adentras en los laberintos del deseo y ensueños forzosos
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Y he
visto
la forma
de la angustia convertida en carroña
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Dilatas
tus pupilas ante la adversidad del texto acuoso
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Leí
en tus ojos lo maldito del abismo insondable
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Ya no
escribes cuando sangras inexorable
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Y fue
cuando los pájaros se convirtieron en libros malditos
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Ya no
escribes cuando asesinas sin ningún motivo
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Posan
ahora sobre el dintel de la puerta en mi propio cuarto
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Ya no
escribes cuando
te duermes sin respuestas
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Acribillo
éste verso obnubilado de espanto
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El
terror se apodera de la letra y la fatiga
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y
caen
las hojas sobre este otoño perpetuo
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Y lo
escrito migra hacia el sol negro de la muerte
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