Hay un refocilo en la basta tierra
helicoidal como si una consigna
de donde germina la tierra toda
hasta las entrañas del hombre mismo
Y así brota en la turbación lindera
de esos ojos azules su quimera
y no es el sol final ni su mañana
lo que hostiga detrás de la ventana
Y tampoco es la forma del cemento
lo que al cabo produce su tormento
Ni menos el desposeído otoño
que clama muy voraz por su retoño
hurtado de repente en ese invierno
peregrino y postrado que hoy evoco
No es el hombre siquiera su paisaje
ni fogata encendida del ultraje
y muere siempre su geografía
en un cáliz de azabache brebaje
¡Abre tus alas situación vital
No hay comentarios:
Publicar un comentario