En la mañana agraciada/agradecido
salgo de compras para el nuevo día.
En el negocio de la esquina
no hay estrofas
sólo legumbres y a buen precio,
en la panadería sólo harina
sin adjetivos ni prosas,
y en la tienda del otro lado
sólo hay comestible a granel
con poco y nada de lírica.
Es decir, donde sólo hay mercancía
hay ausencia de elegías
hay desaprensión de poesía
Pienso entonces que
quien es un poeta nada compra
como casi todos en el mundo
Y digo: la diferencia está quizás
en que a la par de precios
uno se fija siempre en lo que no hay
Corrientes, 2012.-
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