miércoles, 25 de mayo de 2016

[DIOS ES UN SIGNO QUE TE ESCRIBE DESDE UNA HOJA QUE CAE]



Cae una hoja de un árbol lentamente
la veo flotando y balanceándose
con el peso de una pluma que cae

es la distancia exacta entre la rama y el suelo
el especio absoluto de su leve existencia 
sólo en ese instante que vuela, existe y es mi desvelo

deja de ser rama o árbol, “lo otro” que la mantuvo y cae ágil,
todavía no es suelo ni tierra, “lo otro” que lo ha de devorar,
y es tan solamente leve y flota y cae, resignadamente frágil

en ese espacio entre la rama y el suelo
una hoja “cree” firmemente en su destino y cae
y mientras cae, quiere creer ciertamente sin consuelo

dirá que es libre de caer a donde quiera
dirá añorar con certeza lo que ha perdido y lo que cuelga
dirá que la tierra es el lugar del final, lugar a donde se volviera

esa hoja pudo no soltarse jamás de aquella rama
ni caer jamás de tal distancia hasta el suelo
pero lo hizo y la he visto caer en su parsimonioso drama

acaso el caer sea su naturaleza (¿tú también lo viste?)
mira hacia ese árbol y escribe su caída
si lo ves hay alguien que te escribe – ergo: Dios existe.

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