jueves, 26 de enero de 2017

[LOS CUATRO ELEMENTOS]



I. La Tierra
II. El Agua
III. El Aire
IV. El Fuego




Molécula mística, contorsión mineral
Elemento piadoso  y duradero
Alma de las almas peregrinas
Explosión milenaria del enojo




sobre tu polvo se formó el polvo
gota a gota de sal y de lamento
soplo a soplo de vientos y de brisas
metal verde dorado de esmalte rojo




sobre tu aventura creció la simiente
sobre tu cuerpo frágil se derrama
ventisca inusual y repentina
incandescente ardoroso y flojo




génesis del barro y del hombre
la ilusión del vapor y de las nubes
que beben del recuerdo y la retina
eres llama que crece a su antojo




testigo insular de la caída y del derribo
- desde ahí sueñan  todas los signos -
y mueven las astas que caminan
por cada ardor que arde con brío




vientre de la muerte y del olvido
por volar sin alas
ni tormentos
hacia el infinito de los tiempos
ante la fragua de la hora tan oscura




guardas la memoria en tu cripta oscura
guardando en lloro cuanto fragmento
recordando siempre cada momento
la hora y el tiempo que apresura




tu sabes de lo que fluye y lo que dura
de lágrima mojada por el quejido
en canciones por los cuatro vientos
la luz permanente ante la locura




demarcación de lo que fue y perdura
de las cascadas en pasatiempo
hasta dejarnos presos y sin aliento
de la sinrazón muerta en escritura




Tierra. Tierra. ¡Tú eres la aventura!
Agua. Agua. ¡Tú eres el alimento!
Aire. Aire. ¡Tú eres el movimiento!
Fuego. Fuego. ¡Tú  eres la ternura!


Al poeta Juan Meneguín
 

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