Hay un sol quebrado entre
nosotros
que rememora la quimera del
inicio
que hecho añicos perdura ante
los ojos
en trocitos diminutos de
silicio
y es tan mucho lo que al fin
parece poco
que la arena del desierto es
sólo indicio
de un tiempo amarillo tan
hermoso
donde al fin comenzó tanto
bullicio
transparente y de cuarzo es el
cosmos
elemento de metal en
sacrificio
sostén perdurable de casi
todo
del amor, de la pasión y del
suplicio
y es espejo que fulgura a buen
modo
el momento del año en su
solsticio
recordando que ha sido un astro
rojo
el desierto calcinante en su intersticio
secreto que perdura hasta
nosotros:
es un sol diminuto, hecho
añicos, el silicio.
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