Hoy regué mis viejas plantas
sedientas de agua
(qué dios más extraño)
mientras lo hacía
el verde se
fue
convirtiendo en verde
y el polvo cedió al barro
las hojas altaneras
de gotas mojadas
que caían que caían
se abrieron lozanas
sedientas de agua
y así bebían así bebían
yo nube (cuánta
nube gris que yo era)
regando los pies
de la madera viva
enclavada en la tierra
sedienta de agua
tan simple tan simple
hay tanta poesía
en todos lados - me dije
y yo con tanta sed
tanta.
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