Verifico la palabra por crear de mi tristeza andariega
es un débil/ acuoso/ frágil
término sin fin
y si bien no alcanza para
amanecer en su luna
sin embargo he de decírtelo ¡cuán
próximos estamos del día!
Caen las uvas dóciles de vino y
quebranto
en cada gota que resbala hay un
gentil destino
de hombre maloliente que no
termina de morir/
que ensaya una mueca sin diente/
de puro mármol
Cuando los gritos se callaron el
rumor trepó
por los muros de enredaderas
azules y mudas
sin decir palabra entró al cuarto
en que ya no estabas
y sin explicación te poseyó
fatalmente
Los días encandilan la mortaja
perenne
por ello la muerte se ha corrido
hacia el rincón
deslucido que hay en el armario
de la esquina
húmedo armario/ rincón solaz de
hongos mortales
La muerte ya sucedió en todos
nosotros
inapelable como el aire y la sal
de los días ajenos sin
calendarios
que salpican de sangre y huelen a
azufre
Alguien escribió un nombre entre
aquellas sábanas
breve/ helicoidal/ como una
consigna
no había nada en el mundo/
todavía
solo un hoyo amarillo rumbo al
infierno
No fue de ninguna otra extraña
manera/ doy fe
que
al final de los días nació al fin la poesía
(A Norma Blandi - Poetisa argentina autora de Los ojos del fuego (2010), y una de las fundadoras del movimiento imaginacionista de la poesía contemporánea. Amiga entrañable)
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