¡Cuánta tristeza hay en éste solo
día!
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La alegría se ofrece en jarrones
de vidrio
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¡Cuánta desazón para convivir en
semejante hora!
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Hay una sonrisa colgada de un
rostro opaco pero con vida
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Si hasta los segundos son
martillos persistentes sobre el quieto
clavo adormecido
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Retumba el repique de potentes
acordes y hace eco sobre la piel del aire retorcido
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Si hasta los candados que aprisionan el tiempo se mecen sin sentido
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Se ha liberado el tiempo definitivo
y los candados fieros ya han cedido
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¿Es el dolor su único motivo?
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Busco el motivo entre mis hojas
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¿O es tan solo acaso solamente su
brío?
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Hallo entre mis manos mi propio brío
y escribo
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¡Cuánta tristeza hay al fin en éste
día!
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¡Cuánta nueva lira emerge hoy en
éste día!
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