¡Qué manera de temblar la de
esa gota en el árbol!
¿Será por su tenaz memoria
que al final no cede?
¿O será por el reclamo de ese
desierto urgente
que seguro espera para ver
lo que al fin sucede?
Por lo que sea. Tiembla y es como si no se anima
tirarse de una buena vez desde la hoja al vacío
cayendo en línea recta a estamparse en el brío
de la tierra que la aguarda con tanta sed y estima.
Crece la gota en la hoja y
moja tal cual el rocío
y se columpia incesante muy
colmada de espanto
no se anima y no quiere pero
al final no se anima
a sucumbir por el aire y
despeñar como un llanto.
¡Qué manera de temblar la de
esa gota en el árbol!
¿O son mis ojos que tiemblan
ante mi propio espanto
y que también cuelga de la
hoja que tiembla de ese árbol?
Lo que sea. Hay ahí una gota
que tiembla en ese arbusto.
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