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Sobre el límite difuso del ocaso
hay un cuerpo encorvado sobre el río
- nadie en verdad es lo que parece
ni son las huellas la memoria de los pasos -
¡cuánto murmullo silencioso
sobre el límite difuso del ocaso!
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De tanto esperar a la vera del río
nunca serás - me han dicho - lo mismo
corre el agua con su brío
y es tanta la muerte como el vacío
¡cuánto murmullo silencioso
sobre el límite difuso y tan sombrío!
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Hay un cuerpo encorvado sobre el río
una espera minuciosa tan igual que el arazáª
¿quién atrapa a quién pescador del Paraná?
¿es el pez, es el río, o es tu condena quizás?
¡cuánto murmullo silencioso
sobre el límite difuso del más allá!
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Encorvado y tan sombrío a la espera
del señuelo de tus sueños y maneras
por convertir
en perennes quimeras
la buenaventura más sincera
¡cuánto murmullo silencioso
sobre el límite difuso del afuera!
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¿Y qué hay de los peces que juegan con anzuelos?
Intrépidos, voraces, voladores sin su vuelo
saltimbanquis de la tarde sin consuelo
¿quién pesca a quién pescador sin su velo?
¡cuánto murmullo silencioso
sobre el límite difuso bajo el cielo!
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Pescador del río bravo que quema
escama, vigor, misterio y gema
de cada pez que por su secuestro blasfema
renace la avidez de tu ansia más extrema
¡cuánto murmullo silencioso
sobre el límite difuso de tu callado poema!
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Hasta que despunta la noche y su fortuna
sabiendo que todo se molesta a la luz de la luna
anda, ve a dormir hombre sin esperanza ninguna
que los peces volverán a comer de tu hambruna
¡cuánto murmullo silencioso
sobre el límite difuso de la muerte oportuna!
ª arazá es el árbol de la guayaba.
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