***
Por cada día mi memoria se vuelve más frágil
Y la naturaleza del sol cae sobre su luna,
Los olores presagian mi soledad tan pronta
Y el sueño prolonga su osadía.
La palabra ¡ay de la palabra!, la palabra.
Canto en zancadas cada vez más extendidas
Y es la gravedad, no mi vejez, lo que gravita
Pico de mi pico que salpica, en estruendo,
Las gotitas del ocaso que caen en despedida.
Pronto mis ojos serán una luna negra
Y los pasos de mis pasos, un sol en epifanía;
¿Por dónde se van mis huellas? Mis huellas son.
Deja que las huellas sigan su sendero,
Abre las ventanas para que el pájaro no huya
¿Qué fue de aquel pez que huyó de mi pico?
¿Qué de las horas acumuladas en el páramo discrepante?
¡Ay de la vida, si no fuera tan breve, cuánta más vida sería!
***
La noche es una ponzoña cruel sobre mis ojos,
Cantan los recuerdos toda la noche
En una danza cada vez más caótica;
Las formas de las cosas se hunden y retuercen
Y es mi vuelo un trajinar corrompido.
De tanto en tanto escucho las campanas
Y me siento muy bien, pero dura cada vez menos
Pronto el yugo de lo inexplicable vuelve
Y son mis momentos tan exiguos
Que me voy como afinando. Sandeces.
El destino está feriado por su desvelo
Y mis plumas ya no escriben en el viento
Al poco me voy yendo como humo
Mirándome en la niebla, así
mis ojos alimentan lo profundo.
Y en el fondo no es todo tan malo:
Si me he olvidado de la huella
Que la huella no me recuerde y punto.
***
Alguien me toca en la espalda y lo miro
Ese vuelo me es tan familiar como un secreto,
Yo creo en los secretos de los vuelos y de los sueños
Y creo también en las hojitas diminutas de los árboles,
Esqueletos olvidados del ramaje,
Que se mecen e inventan huracanes majestuosos.
¡Sí, te conozco! Pero, ¿quién eres, por Dios, quién eres?
Pico a pico escarbo en la palabra y ella se resiste;
Por fin, ya cansado, dejo de pensar y te sonrío
Qué importancia tiene tu nombre si estás ahí, justo ahí
Y mi mirada ha ganado otra sombra lóbrega
Y siento que mi sonrisa se parece cada vez más
Al tumulto de las hojas arremolinadas por el viento,
Yo sé que te conozco bandada de pájaros muertos.
Yo te he visto en la alborada, cuando todavía los días
No nacen, esqueleto, esqueleto, esqueleto de la luz
Y del ramaje. No te vayas de mi lado,
¡Qué importa si te recuerdo o te memorio! ¡No te vayas!
***
Gota a gota se resquebrajan las palabras. Lluvia al revés.
El tumulto del sentido se deja sentir por doquier
Abrazomibrazosombrío ¿es lo mío? Me toco. ¡Tan
desconocido!
¿La luna ha salido? Insectos de mi pico huyen de mi pico
Y es la sal su última guarida. Pez. Pez. Pez.
Vuelo bajo sobre las aguas del cristal que me cobija
¡Sandeces! Huyan de mi lado, que traigo tantos recuerdos
Del olvido, tantos, tantos. La pregunta no es quién soy
La pregunta es por lo que ha sido. Un vuelo raso
Cada vez más hundido. Hundido.
***
Un origami de papel
sobre la mesa de luz
Yace impertérrito y es una grulla su forma definitiva;
Justo al lado, un hombre mece su cuerpo sin presencia,
Abandonado de recuerdos, mira impávido la luz
Justo allí, ya no hay nadie. La
grulla también alza vuelo
A través del dintel de su puerta y
parte.
Él poeta sonríe
a-penas.
a-penas.
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