¿De qué
hemistiquio sales al fin, amor mío?
¿De mi
sístole - adiós, adiós - y así te vas?
¿De mi
diástole - aquí vienes, aquí - y sé que estas?
Abrígame y aplaca
el vasto frío, mi frío.
Perpendicular
oblicua en tus quietos ojos,
que así son mis
secretos más desposeídos.
De no ser por ti,
amor mío, ¡cuánto vacío!
Claroscuro antes de
mi noche. Sol de noche,
sobre el tapiz de
tu viento oscuro, yo escribo.
¿De qué poesía,
mojada de rocío,
sales, rosa del
averno, torrente mío?
Corre, corre, que
no se vacíe la savia.
Y que fluya y que
corra como un vasto río,
que ya nunca seremos
dos veces los mismos
ni en éste río,
ni en el otro, ni en ninguno.
¿De qué
hemistiquio sales al fin, amor mío?
¿De qué poema del
olvido? Yo te escribo,
yo te escribo, así tan lleno de tu vacío.
yo te escribo, así tan lleno de tu vacío.
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