Anoche merodeando en la alta
biblioteca
encontré unas gafas solares
¡justo de noche!
Cuando de puro curioso nomás
me las puse
pude ver un día naranja
cayéndose a
pedazos y un cielo azul/
tonto lleno de vida
y era como si de esas gafas
brotara el día
y uno entonces "que
tanto teme morirse solo",
en esas gafas de olvido, no
estaba tan solo.
Rápido las guardé como las
había hallado
para que la memoria no se vaya del vidrio...
Al poema "Para la abuela, que hablaba con pájaros creyéndolos ángeles",
de Hugo Gutierrez Vega,
IN MEMORIAM
IN MEMORIAM
(De mi último poemario La llama del Fuego, 2015)
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