sábado, 22 de octubre de 2016

[APOCALIPSIS]



Fue cuando la malicia
más absoluta del hombre
inventó definitivamente
la bomba más extraña
y definitiva de todas
la que corrompía por completo
la forma del signo
y corroía por completo
todas las formas del texto
#
aunque también es cierto
que el secreto de esa bomba
y su malignidad fue escrito
definitivamente en un claro
y digno texto de entre textos
que se publicó tantas veces
que no hubo como no leerlo
letra a letra verso a verso
ese mortífero día el hombre
deshojó el horror de su memoria
#
no recuerdo ya bien
quién disparó primero
más fue un día
inmensamente gris
que destruyó
todo lo que se nombra
y el hombre pronto olvidó
el texto de su memoria
tan oscuro fue todo
sin el signo y su modo
tan oscuro tan frenético
triste hastío tan lóbrego
#
y fue caos todo lo que sucedió
entonces y fue espanto
que creció entre los hombres
despojados de signo
sin nombre sin memoria
sin texto que los recuerde
que alguna vez resultó el hombre
amo y señor de la escritura
Dios inventor de su pronombre
#
sin manuscritos ni pergaminos
la letra se licuó como un río
sinuoso por los caminos
río de agua oscura y silenciosa
que fulminaba a quien lo bebía
destruyendo por igual medida
sus tripas su fe y su algarabía
letra líquida envenenada
corroída por la misma letra que creía
de cuanto signo ser la encrucijada
#
mañana quizás llegue hasta aquí
al lugar de mi aposento
¿qué más da?
el trazo está corrido del papel
y son las formas del signos
igual a las del olvido
¿quién mañana habrá leído?
¿quién morirá mañana corrompido
bañándose en éste negro río?
#
Me zambullo antes del amanecer
y escucho un estampido
no veo ya absolutamente nada
tan solo puedo imaginar
miles de letras negras
que se licúan como un río
miles de gotitas negras
que se lanzan al vacío.


No hay comentarios:

Mis entradas más populares

LIBROS PARA RECOMENDAR

NUEVO LIBRO

- Que difícil se hace recomendar un libro que todavía se esta digiriendo. Sin embargo tengo la certeza de que es una obra para recomendar. Se trata de Crónica del pájaro que da cuerda al mundo de Haruki Murakami. ¿Por qué es recomendable una novela de un poco mas de 900 páginas?. Porque se trata de universo intenso que penetra y marca (como una mancha en el rostro) al ávido lector que se ve envuelto en un clima tan irreal como real, tan ficticio como probable. Cada uno de los personajes de la obra, desde una personalidad maciza y contundente nos increpa sobre nuestra propia realidad. Mucho de sus pasajes me hicieron recordar el "clima kafkiano" de lo absurdo, de lo inexplicable. Sin embargo la obra de Murakami es todavía más inescrutable. Es un laberinto de sentidos dispares, y callejones que al poco de andar no te llevan a ninguna parte. Pero te dejan aturdido. Como si el fin del camino consisitó en darte un narizaso contra una pared transparente que te cortó, repentinamente el paso. Vale la pena. Y ni siquiera interesa la historia. Entre otras cosas, nunca he leído un argumento tan sofisticado y tan contundente respecto del "deseo femenino" como en la carta que Kumiko le escribe a su esposo, Tooru Okada, donde intenta explicar el motivo de su infidelidad. Solo después de leer esas líneas uno cree comprender un poco más acerca de lo que significa "ser una mujer". Sin embargo, no es una novela emocional, no hay reproches, ni culpas, ni broncas, ni alegrías desmedidas. Todo trasciende como si se tratara de un gigantesco engranaje al que alguien, cada tanto, da cuerdas para que no termine... hasta el final.

Marcelo Gonzalez


- Una madre habla durante mas de doscientas páginas a su hijo muerto. ¿Se puede hacer una novela con ese único material?. Sí, claro que sí. "Mrs Caldwell habla con su hijo" de Camilo José Cela, es una narración impresionante. Una verdadera aventura acerca de la psicología del dolor, la angustia, el abandono y la pérdida definitiva. Y un andar, capítulo tras capítulo hacia la locura y la muerte. Seguramente no es un texto destinado a perdurar en la memoria de los hombres, ni a convertirse en el más buscado o leído de los libros. Pero cada una de las cartas que Mrs Caldwell escribió a Eliacim, su hijo muerto, es un verdadero experimento literario, donde la poesía, la prosa exquisita y la psicología profunda se anudan constituyendo una realidad (la única verdad) de una mujer desesperada que busca en el texto el sentido de lo inexplicable. A mi amigos teatreros les sugiero para un excelente monólogo. A mis amigos literatos, imperdible. Ediciones Destino, Barcelona 2003.-

Marcelo González


- Pocos querran discutir, pudiendo o no coincidir conmigo, que fue Edgar Allan Poe el más prominente escritor que dio las tierras lejanas del norte imperial. Y lo digo sin ser un experto en literatura norteamericana ni mucho menos. Sin embargo, hoy quiero referirme a un ensayo, que tuve oportunidad de leer recientemente y que me parece debe ser recomendado en este espacio, sobre todo para aquellos escritores con ganas de escribir mejor, de poseer un método y escapar así a la ilusión de la "creación espontánea", que no es otra cosa que la negación del arte como una actividad laboral. El arte, y la escritura, es un trabajo. La faena del artista es del mismo nivel que la del albañil, el carpintero, un chofer de colectivos o el bibliotecario...
La obra se denomina Filosofía de la composición, y lo que se persigue en ella es la sistematización de un método para escribir. El libro es muy interesante porque la propuesta básicamente es que el plan del relato debe tener, como principio, su fin. A partir de este principio la obra artística pasa a ser un plan deliberado y lógico, que es concebido desde su desenlace y desde los efectos (respuesta emocional) que el autor pretende lograr en el lector. Aquí el fin justifica plenamente los medios. Poe prosigue luego con el desarrollo de diferentes conceptos que sirven como herramientas importantes a tener en cuenta por aquellos que quieren emprender la aventura de una obra (utilización del tiempo y la duración del relato, el tono, el efecto y un elemento "clave" o eje de la narración). Se los recomiendo, es un aporte valioso.

Marcelo González