Au sot lecteur et non au sage
Si de tu nariz resulta
vuestra tan mentada
fama
yo diría que tu fama
no es señal del lo que
oculta.
Pues se es famoso de
hocico
con fama tan adquirida
cuando se oculta la
herida
en la pendiente del
pico.
Y ni el valor ni el
arrojo
consuelan tanto dolor
¿por qué se esconde el
señor
justo debajo del ojo?
Se esconde por el amor
que no muere ni suspira
cuando su nariz respira
la avaricia del dolor.
Y oliendo goza escribir
desde su nariz de
espada
el verso para su amada
que nunca habrá de
decir.
¿No es acaso así con
todo,
que con nariz o sin
ella
cantas canto a la más
bella,
ocultos de cualquier
modo?
Suénate ahora esa
trompa
que no se note el
sufrir
que para eso has de
escribir
con exquisitez y pompa.
Que el tonto lector, no
el sabio,
lea que un día el poeta
fue de manera secreta
una nariz, que no un
labio.
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