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Yo sí que creo en los muertos
y los hago tan muerto como
ninguno,
a tal punto los mato tan
muerto
que en el día de los muertos
con los muertos me reúno.
¡Yo sí que creo en los
muertos!
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Esta mañana, día de los
muertos,
un muerto me levantó por la
ventana
¡vamos vivo, arriba! Me dijo el muerto,
y yo tan muerto que soy en la
semana
caí de espanto ante muerte
tan cercana.
¡Yo sí que creo en los
muertos!
#
La muerte es otra cosa. La
muerte no.
Pero sí en los muertos que se
asoman
como un recuerdo muerto en éste
día
con tantos muertos en franca
algarabía
que con manos muertas al cabo
que me toman.
¡Yo sí que creo en los
muertos!
#
Así les regalo una lágrima
tan muerta,
muerta sí, pero no de olvido,
para que mi muerto no se
olvide
que en cada día de los
muertos
hay un muerto que nunca lo
despide.
¡Yo sí que creo en los
muertos!
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