Miríada es la cuantía de las
gotas
que caen en ésta opaca mañana
zigzagueantes ente las cosas
mojándolo todo, todo
tocándolo todo
como cerciorándose
de que cada cosa
esté en su justo lugar
¡y son tantas! tantas las gotas
que la mañana está como
emplazada
quieta, erguida, expectante
aguardando su minuto de humedad
de sal y de agua
que los recorra
de arriba abajo
que los recorra
y en esa huella acuosa
y ondulada que se revele al final
la razón del aguacero
que ocurre en todas las cosas.
Miríada es la cuantía de las
gotas
que resbalan por mi mejilla
mojando todas las cosas, todas
y que se vuelcan en ésta confusa
mañana;
anuros rosados gritan de
ansiedad
mientras se inunda de sonidos
la mañana
y es un griterío tan líquido…
no, la lluvia no va a parar.
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