[1]
[2]
Oye bien, que no te deslumbre el cielo nunca, se te puede
meter entre los párpados. Una vez ahí, todo es tan efímero como éste amor
infinito
[3]
Es bien mentira que la roca dura es dura, si hasta el agua
inconsistente o el viento soez y frágil terminan atravesando su arrepentida falda
[4]
El verso se coló en mi retina y fue lágrimas. El verso se
coló entre mis labios y fue sonrisa. El verso se coló de mi existencia y es
latir.
[5]
Si cuando salgo a la vida no estás en ella, buscaré una
palabra que te remplace. Y si bien es cierto no será lo mismo, al menos será
alguien
[6]
De cuanta cosa que la muerte viene llevando una tras otra de
mi vida, categóricamente aquello que menos añoro ni echo de menos, es al olvido
[7]
Busco en esos folios de algún viejo libro tu sexo olvidado.
Hallo hojas áureas que ya no narran y un gemido quieto que alguna vez fue tinta.
[8]
Yo no sé si bien hago en escribir tu ausencia. Sí, tengo la
certeza de que es necesario cubrir éste espacio vacío, hoja en blanco de mi
vida
[9]
El labrador es poeta. El pescador de peces mudos es poeta.
El barredor haragán es poeta. El mercante afable es un poeta... El poeta no lo
es
[10]
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