1.
En el año 57
de nuestra era
un
proclamado apóstol de Cristo
por voluntad
de Dios,
Pablo de Tarso,
escribe en
una carta a los Corintios,
el siguiente
verso celebérrimo: “Sapientia
huius mundi stultitia est apud Deum”,
cuya más cercana
traducción, asegún
sería: “la sabiduría de este mundo
es necedad para Dios”.
2.
Mucho tiempo
después (1542-1591),
un
excelentísimo poeta español,
y cristiano benemérito,
Juan De la Cruz,
tradujo
exactamente ese mismo verso
de la
siguiente manera: la sabiduría
de éste mundo, delante de Dios es locura.
3.
El texto es
exactamente el mismo:
“Sapientia huius mundi stultitia est
apud Deum”, su
exégesis no.
Lo primero
es la interpretación del idioma
sobre una
base casi ideológica: el conocimiento
del hombre… es necedad.
Lo segundo es
la interpretación del idioma
sobre una
base casi poética: el conocimiento
del hombre… es locura.
4.
Tal parece
el idioma se expande
como una
ideología
mientras que
la locura se contagia
del mismo
modo que la poesía.
5.
Y una última
flexión: ¿habrá escrito
Pablo de
Tarso semejante
verso celebérrimo?
No, dudar del texto
sería ya dudar de Dios. Ergo: Dios existe.
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