Hoy tengo la certeza clara
de que todo va cerrado sobre sí mismo
sin candados ni matasellos es cierto
pero tan lacrado sobre sí mismo
y ahí lo paradójico
¡es que todo yace tan abierto!
Cada cosa se define por su límite
y es descifrable de cualquier otra cosa
cuando la unidad se define en su perímetro
es que no hace el vuelo a la rompible mariposa
sino por lo que busca con ansia entre la rosa
¡cuán terrible que es la paradoja!
Todo universo es tan solamente un verso
que se aparea con tantísimos infinitos
a tal punto que permanece siendo un verso
incluso asumiendo la condición de lo diverso
lo uno sólo existe en lo cerrado
¡cuánta ironía: lo uno solo existe del otro lado!
Lo abierto yace esperando a que se abra
la unidad de lo que permanece unido
y justo ahí yace la muerte con su nido
golpeando constantemente a lo cosido
separar es el epigrama de lo posible
ante tanta vida que se ha unido ¡qué terrible!
Y pasa al final como en la poesía
cada verso se corta en su unidad
cada día se corta en otro día
y uno suma las partes que uniría
un buen dios para significar alguna vida
¡por dios cuánta ingenuidad!
Todo yace cerrado sobre sí mismo
y aguarda la embestida del abismo
como ésta mujer hermética que aguarda
el embate de lo otro sobre sí mismo
la vida unida espera con sus piernas tan abiertas
y ante lo abierto deseo ¡por
dios cuánto espejismo!
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